10 de junio de 2015

EL GRAN MUNDO DE LOS TEATROS.




CRÓNICA: El Teatro Bolívar



El Teatro Bolívar fue uno de los mejores y más importantes teatros de Cali. Fue un sitio muy elegante en el cual había se reunía todo tipo de personas. Aquí les cuento una historia sobre la primera vez que mi mama fue.

POR: Camila González.
2nde B

Así lucia el Teatro Bolívar, a finales de la década de los 70.  
Por: http://www.caliwood.com.co/teatros--estudios.html
             
              Me desperté a las 7 de la mañana era un domingo y no podía dejar de pensar en ese día, en ese día que todavía no había empezado pero que muy pronto sería muy emocionante para mí.

        
             El sol iluminaba todo mi cuarto, era un día perfecto. Me levanté e inmediatamente fui a despertar a mis hermanos, quienes compartían mi misma euforia. La razón de nuestra ansiedad y felicidad era que la noche anterior, mientras mis padres leían el periódico, vieron la cartelera de cine. Entre todas las películas que había, una les llamo la atención, se llamaba “Fiebre de sábado por la noche” y decidieron que iríamos todos a verla al Teatro Bolívar. La película era para mayores de 12 años, así que todos podíamos verla. Mis hermanos y yo no conocíamos este teatro. Estábamos muy emocionados porque era uno de los mejores y más importantes que había en la ciudad. Quedaba en la av. Sexta, es decir, en la zona exclusiva de Cali que llamaban “Zona Rosa”.

          
               Desayunamos, nos arreglamos y nos fuimos temprano porque íbamos a matiné. Después de más o menos 30 min en el carro, por fin llegamos. ¡Quedé impresionada! Por fuera el teatro era grande, con puertas de vidrio y con la fachada pintada de azul. También, podíamos ver las otras películas que estaban en cartelera. Me encantó este lugar, me sentía en otra parte.


  Había mucha gente, aproximadamente entre 150 y 200 personas haciendo fila. La fila era exageradamente larga y yo pensaba que no íbamos a alcanzar. La gente estaba muy elegante y arreglada para la ocasión. Me gustaba ver toda esa gente reunida en un solo lugar

 para compartir gustos como el cine. El cine era una manera de reunir a todo tipo de personas lo cual me parecía fantástico.

    El tiempo se nos pasó volando,  por fin llegamos a la taquilla y compramos las boletas. Las escogimos de un precio no tan caro porque éramos 6 personas y mis padres no tenían tanto dinero. Después entramos y fuimos a comprar lo que queríamos de comer. Mis padres nos compraron una cajita de palomitas para cada uno. Entramos a la sala y no lo podía creer, nunca había estado en una sala como esta. Era grande, con dos pisos, con sillas cómodas y con una gran pantalla que iluminaba toda la sala. Este teatro también era uno de los más modernos. Desde el primer momento en el que entré, sentí un gran aprecio por el lugar.


  Había una señora con una linterna que nos ayudó a situarnos en nuestras sillas. Nos sentamos, esperamos 15 minutos y la película empezó. Cuando se proyectó en la pantalla la primera imagen, supe que esto del cine iba a formar parte de mi vida. Todo el mundo estaba muy concentrado y callado aunque había unos jóvenes que se reían y hacían ruido. Eso me molestó un poco, pero lo dejé pasar, ya que mi felicidad superaba cualquier molestia.              


  Tiempo después la película acabó. Estuvo muy buena, ¡me encantó! Todos salieron muy contentos y hablando sobre la película. Nos montamos al carro mis padres, mis hermanos y yo nos fuimos felices.


  Ese día fue uno de los más lindos que tengo en mi memoria, puesto que descubrí una de mis grandes pasiones, la cual mantengo aún y es la de ir a cine.  .

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