CRÓNICA:
Recuerdos del teatro Calima
NOCHE DE ESTRENO
El teatro Calima fue el lugar escogido para celebrarle
de una manera diferente el cumpleaños número 32 a mi esposa asistiendo a la
exitosa película “Lo que el viento se llevó”. Esta experiencia cultural nos abrió
puertas a nuevas actividades cotidianas convirtiéndose el cine en uno de los
lugares favoritos de nuestros fines de semana.
Por: Juan Camilo Valderruten Z
2de
B
Un domingo del año 1961, desperté
con ansias de compartir este día junto a mi amada esposa ya que estaba
cumpliendo sus 32 años. Quería sorprenderla con una invitación que recordara
por el resto de sus días. Esta invitación tenía nombre propio y era llevarla al
maravilloso teatro Calima a ver el estreno de la película “Lo que el viento se
llevó”. Esta afamada película venía siendo publicitada en medios radiales y en
la prensa.
El
teatro se halla ubicado en la confluencia de la Avenida 4a. norte con Calle 12
norte frente a la conocida mansión Casa Felisa, en el tradicional barrio
Granada.
El
teatro Calima tuvo el privilegio de ser uno de los primeros teatros que
proyectó esta
Película
dándole mayor popularidad y prestigio en nuestra ciudad.
Como la película comenzaba a rodarse a las 8 de la noche llegamos al
teatro hacia a las 6:30 de la tarde en
medio de una llovizna. Al llegar al teatro nos encontramos con una gran
sorpresa…. había por lo menos 200 personas haciendo una gran fila que le daba
la vuelta a la manzana tan solo para comprar las boletas del estreno.
Era
tal la emoción de conocer este gigantesco y agradable teatro que la eterna cola
se convirtió en una corta espera a pesar de la continua llovizna. Como era la
costumbre, las personas asistieron al teatro con vestuario elegante y las
parejas cogidas de “gancho” como se usaba hace 40 años. Al entrar al teatro nos
dirigimos a la cafetería para comprar las deliciosas palomitas de maíz y nuestras
bebidas. Inmediatamente después ingresamos a esa magnífica sala donde se
proyectaría la película.
A la
entrada de la sala, una empleada del teatro quien también estaba elegantemente
vestida, nos indicó amablemente el número de fila y asientos que teníamos asignados.
Era un teatro verdaderamente bonito e imponente para nuestra ciudad. Estaba
compuesto por tres pisos en los cuales se encontraban la cafetería con la
tradicional máquina antigua para hacer crispetas, los baños, un mini teatro
llamado calimita, gradas que separaban cada piso, la cabina de proyección y la sala de cine que
contaba con unos inmensos parlantes que estaban pegados a la pared. Esta última
estaba dividida en niveles que permitían, de acuerdo a la ubicación, tener una
mejor panorámica de la pantalla y definía el valor de cada boleta.
Como
era el cumpleaños de mi pareja decidí comprar las boletas en una excelente
ubicación para que disfrutara su día de una manera inolvidable.
de las otras y estaban
fabricadas en madera y en forma
plegable. La pantalla permanecía cubierta por un enorme y elegante telón rojo
el cual se abría cuando iniciaba cada proyección.
Estuvimos
alrededor de 3 horas completamente embebidos en la película, fue definitivamente
un film que llenó y sobrepasó nuestras expectativas.
Al finalizar
la película salimos de la sala y encontramos junto a la casilla de proyección
una puerta con un letrero que decía mini teatro “Calimita”. Este aviso nos generó tal curiosidad
que inmediatamente pensamos que debía ser un sitio exclusivo para algún
tipo de personas. Para no quedarnos con la
duda nos dirigimos a un empleado del teatro quien nos informó de manera precisa
que era un espacio reservado con sillas muy cómodas y acondicionadas
especialmente para los funcionarios de la empresa exhibidora de las películas
quienes se reunían para hacer las
críticas y análisis del material fílmico
que se iba estrenando; También tenían acceso personalidades importantes del
clero, la política (Gobernador, alcalde,
concejales etc.) entre otros.
Al terminar de escuchar esta breve explicación, siendo las 11:20 de la
noche salimos del teatro Calima y decidimos regresar caminando hacia nuestra casa
la cual estaba ubicada en el tradicional barrio Santa Mónica. Tomamos como ruta principal la Avenida sexta que en la época era conocida
como la “Zona Rosa” por su gran actividad nocturna, restaurantes, bares y
discotecas de renombre.
Siendo las 12:00 am llegamos a nuestro hogar, felices
por la experiencia vivida.
Tanto
el teatro como la película cumplieron nuestras expectativas por lo tanto a partir de esa grata
experiencia, el teatro Calima se convirtió en uno de nuestros lugares
preferidos para visitar los fines de semana.
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