10 de junio de 2015

Noche de estreno



CRÓNICA: Recuerdos del teatro Calima


NOCHE DE ESTRENO

El teatro Calima fue el lugar escogido para celebrarle de una manera diferente el cumpleaños número 32 a mi esposa asistiendo a la exitosa película “Lo que el viento se llevó”. Esta experiencia cultural nos abrió puertas a nuevas actividades cotidianas convirtiéndose el cine en uno de los lugares favoritos de nuestros fines de semana.

Por: Juan Camilo Valderruten Z
2de B



 Un domingo del año 1961, desperté con ansias de compartir este día junto a mi amada esposa ya que estaba cumpliendo sus 32 años. Quería sorprenderla con una invitación que recordara por el resto de sus días. Esta invitación tenía nombre propio y era llevarla al maravilloso teatro Calima a ver el estreno de la película “Lo que el viento se llevó”. Esta afamada película venía siendo publicitada en medios radiales y en la prensa.

El teatro se halla ubicado en la confluencia de la Avenida 4a. norte con Calle 12 norte frente a la conocida mansión Casa Felisa, en el tradicional barrio Granada.
El teatro Calima tuvo el privilegio de ser uno de los primeros teatros que proyectó esta
Película dándole mayor popularidad y prestigio en nuestra ciudad.

Como la película comenzaba a rodarse a las 8 de la noche llegamos al teatro hacia a las 6:30 de la tarde  en medio de una llovizna. Al llegar al teatro nos encontramos con una gran sorpresa…. había por lo menos 200 personas haciendo una gran fila que le daba la vuelta a la manzana tan solo para comprar las boletas del estreno.
Era tal la emoción de conocer este gigantesco y agradable teatro que la eterna cola se convirtió en una corta espera a pesar de la continua llovizna. Como era la costumbre,  las personas  asistieron al teatro con vestuario elegante y las parejas cogidas de “gancho” como se usaba hace 40 años. Al entrar al teatro nos dirigimos a la cafetería para comprar  las deliciosas palomitas de maíz y nuestras bebidas. Inmediatamente después ingresamos a esa magnífica sala donde se proyectaría la película.
A la entrada de la sala, una empleada del teatro quien también estaba elegantemente vestida, nos indicó amablemente el número de fila y  asientos que teníamos asignados.

Era un teatro verdaderamente bonito e imponente para nuestra ciudad. Estaba compuesto por tres pisos en los cuales se encontraban la cafetería con la tradicional máquina antigua para hacer crispetas, los baños, un mini teatro llamado calimita, gradas que separaban cada piso,  la cabina de proyección y la sala de cine que contaba con unos inmensos parlantes que estaban pegados a la pared. Esta última estaba dividida en niveles que permitían, de acuerdo a la ubicación, tener una mejor panorámica de la pantalla y definía el valor de cada boleta.
Como era el cumpleaños de mi pareja decidí comprar las boletas en una excelente ubicación para que disfrutara su día de una manera inolvidable.



 de las otras y estaban fabricadas en  madera y en forma plegable. La pantalla permanecía cubierta por un enorme y elegante telón rojo el cual se abría cuando iniciaba cada proyección.
Estuvimos alrededor de 3 horas completamente embebidos en la película, fue definitivamente un film que llenó y sobrepasó nuestras expectativas.  
Al finalizar la película salimos de la sala y encontramos junto a la casilla de proyección una puerta con un letrero que decía mini teatro  “Calimita”. Este aviso nos generó tal curiosidad  que inmediatamente pensamos  que debía ser un sitio exclusivo para algún tipo de personas.  Para no quedarnos con la duda nos dirigimos a un empleado del teatro quien nos informó de manera precisa que era un espacio reservado con sillas muy cómodas y acondicionadas especialmente para los funcionarios de la empresa exhibidora de las películas quienes se  reunían para hacer las críticas y  análisis del material fílmico que se iba estrenando; También tenían acceso personalidades importantes del clero,  la política (Gobernador, alcalde, concejales etc.) entre otros.
Al terminar de escuchar esta breve explicación, siendo las 11:20 de la noche salimos del teatro Calima y decidimos regresar caminando hacia nuestra casa la cual estaba ubicada en el tradicional barrio Santa Mónica.  Tomamos como ruta principal  la Avenida sexta que en la época era conocida como la “Zona Rosa” por su gran actividad nocturna, restaurantes, bares y discotecas de renombre.
Siendo  las 12:00 am llegamos a nuestro hogar, felices por la experiencia vivida.
Tanto el teatro como la película cumplieron nuestras expectativas  por lo tanto a partir de esa grata experiencia, el teatro Calima se convirtió en uno de nuestros lugares preferidos para visitar los fines de semana.



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