10 de junio de 2015

VAMPIROMANÍA



LOS VAMPIROS EN LA OBRA DE ANDRÉS CAICEDO.

 Por : Selene Loaiza


E
n mi poco tiempo de vida, he conocido diferentes tipos de vampiros: Los que son más conocidos como murciélagos que se cuelgan todas las noches del árbol que está frente a mi ventana; los vampiros del Congreso colombiano; 
los vampiros que veo en las películas y series estadounidenses que no pueden faltar en la vida de una adolescente como yo; y, finalmente, los vampiros que aparecen en los cuentos de Andrés Caicedo que he estado leyendo para mi clase de español .


 Empecemos por los murciélagos, que son mamíferos nocturnos con alas que se alimentan de la sangre del ganado y de frutos, aunque también existen algunos que atacan a los seres humanos. Si aún no sabe de qué hablo, recuerde la señal de luz de Batman y probablemente entienda. 


Poster de Vampyr , película de Dreyer.
Unos vampiros muy conocidos y voraces son los del Congreso de la República, esos le chupan la sangre al pueblo colombiano todos los días y con los métodos más sofisticados.    Son vampiros cínicos, corruptos y de inconfundible aire delincuencial. Su gordura es producto de la vida y la felicidad que le chupan a la ciudadanía colombiana.


Otros vampiros, muy conocidos en el mundo adolescente de hoy, son los que han llegado al cine y a la televisión en estos últimos años. Películas como Crepúsculo, basadas en los libros de Stephanie Meyer y series como The Vampire Diaries han despertado el interés  juvenil por esos personajes sombríos.
  
Pero los vampiros de estas series y películas rompen con el estereotipo de los vampiros tradicionales,  en vez de dormir en ataúdes, salir sólo en la noche, utilizar una capa y ropa negra, resultan ser chicos increíblemente atractivos, que brillan ante la luz del sol en vez de quemarse, que utilizan anillos protectores para salir en el día y que mantienen una relación amorosa con una humana.

 Por último, hablaré de los vampiros de Andrés Caicedo. Si aún no sabe quién es Andrés Caicedo, le haré una breve semblanza de este escritor. Andrés Caicedo nació en Cali en 1951 y su obra es considerada como una de las más originales en la literatura colombiana.  Fue crítico de cine, lideró diferentes movimientos culturales como el Cine Club de Cali y la revista Ojo al cine. En 1977, a sus  
obra narrativa breve pero  interesante.

Lo que más me llamó la atención al leer varios de sus cuentos del libro Cuentos completos de Andrés 
 Caicedo, de la editorial Alfaguara, fue  la constante recurrencia a criaturas sobrenaturales, y, especialmente, a vampiros.


En ocasiones, el vampiro es mostrado como una mujer voraz con un apetito sexual desbordante y lujurioso. Veamos el cuento Los dientes de Caperucita, que a través de un monólogo, Eduardo, un adolescente, trata de explicarle su desespero y preocupación a su amigo Nicolás. Nicolás es el novio   Jimena,  la mujer por quien Eduardo ha sentido una gran atracción, sobre todo sexual, desde cuando ella y Nicolás comenzaron a ser novios. Jimena, que en la relación con Nicolás se comportaba de manera virginal y tímida, pasó a tener un comportamiento rebelde y desbordado de erotismo ante el perplejo Eduardo. 
 Pero Jimena no es una simple chica que da un simple beso,no, es una mujer de aspecto sobrenaturaque, como dice Eduardo, «primero me besó con tanta fuerza […]hasta que no 
 pude más porque mestaba mordiendo y me vine a dar cuenta nada más cuando sentí aquel grueso río de sangre que me bajaba por el cuello»(p.130).

 Y, enseguida, el monólogo nos muestra que la transformada mujer siente un gran placer al beber la sangre de Eduardo: «Jimena frente a mí con laboca entreabierta llena de sangre y sus manos que se estiran pidiéndome que la siga besando»(pg. 130) luego en el relato, el vampiro femenino controla la situación «antes de que me dé cuenta me ha clavado los dientes en la nuca pero con furia»(p.132).
La particularidad en esta vampiresa es que no sólo bebe la sangre de sus víctimas, sino que también se comporta como una caníbal; al final del relato, cuando se ha agotado el monólogo, el narrador nos dice que «ella tiene ahora un pedazo de carne en su boca Eduardo la ve mascar y relamerse» (p.132).
 Y así Jimena se convierte en un monstruo: «sentí aquel ronquido que no sé de qué parte del cuerpo le salía un ronquido como de perra, como de hiena» (p.132).
 Eduardo se escandaliza ante esto y lo que era un placer sexual antes, se convirtió en puro terror «Eduardo se lleva las manos al sexo y se pone a llorar diciendo mamá» (p.132).En este cuento vemos que el escritor muestra a sus vampiros como mujeres eróticas, hermosas y devoradoras de hombres, que beben sangre y además son caníbales.
 Poster de la película Nosferatu (1922) de Murneau


  

 La vampiromanía de Andrés Caicedo se extiende a otras referencias de este tipo de seres sobrenaturales. Como cuando en uno de los micro-relatos que aparece en Destinitos fatales, vemos a un cinéfilo que funda un cine-club y programa un maratón de películas de vampiros, al comienzo tiene éxito pero sus espectadores van disminuyendo hasta que sólo queda uno en la sala y es nadie más y nadie menos que el Conde Drácula (o por lo menos eso podemos suponer).
 Esta es, posiblemente, una alusión al Conde Drácula, el vampiro más famoso del mundo, del irlandés Bram Stoker publicado en 1899 .Andrés Caicedo menciona a varios directores de cine de terror del siglo XX,  «desde Murnau y Dreyer hasta Fisher y ese film que vio hace poco de Dan Curtis»(p.141). 

Esto nos demuestra que Andrés Caicedo era un gran aficionado al cine y tenía un amplio conocimiento de los directores y las obras, y en este caso de una de las especialidades: el cine de vampiros. Si usted creía que sabía mucho de películas de vampiros, espero que no se decepcione de usted mismo si no sabe esto que le voy a decir sobre algunos de estos directores de cine nombrados por Andrés Caicedo.
 Viajando a través de las poco fiables páginas de Wikipedia, pude saber algunas cosillas: Por ejemplo, Murnau fue un director alemán que hizo una película en 1922 de un vampiro llamado Nosferatu; Dreyer fue también un director de cine alemán que creó Vampyr, la bruja vampiro en el año 1932. Terence Fisher fue un director de cine británico, autor de obras maestras como su Drácula de 1966; y, por último, Dan Curtis, director estadounidense que dirigió varias películas de terror, entre ellas Drácula en 1974.   
Andrés Caicedo intentó crear un mundo alterno, un mundo fantástico, como lo han hecho otros escritores; en este caso, nuestro escritor evoca un mundo donde las mujeres son tan apasionadas que te beben la sangre y donde uno de los espectadores en el cine puede ser el mismo Conde Drácula. 
Un muchacho tímido y tartamudo como el caleño Andrés Caicedo creó un mundo donde las mujeres, podían terminar devorando de pasión a muchachos solitarios. 

 

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