Crónica: encargados de proyectar películas
PROYECCIÓN DE SUEÑOS
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Proyector Iskra KN-3 que perteneció al Teatro Alameda
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“Hablamos
de proyección de sueños, porque el cine, es un arte que nos hace soñar y creer
en algo que nunca creímos pudiera pasar. El cine fue producto de esfuerzo y
dedicación y gracias a aquellos que estuvieron y están detrás de esto, hoy en
día podemos soñar cada que una proyección comienza.”
Por Daniela Ospina
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cine es producto de muchas investigaciones que hacen funcionar el mecanismo que
proyecta fotografías y crea la ilusión de movimiento. Su inicio fue en 1895, fecha en que los hermanos Lumière presentaron
su Cinematógrafo en París, y un año después de que Thomas Edison había
presentado su Proyectoscopio en Estados
Unidos. Y fue desde ese momento en el que los hermanos Lumière
apagaron las luces de aquel café de Paris y luego del final de su asombrosa
proyección, que el mundo entero había cambiado, evolucionado y no solo eso,
también había nacido el séptimo arte, que no tardó mucho en llegar a Colombia y
luego a Cali para encantarnos con su magia, para ponernos a soñar.
El
cine siguió creciendo cada vez más y más y es a mediados de los años 60’s que los
caleños empiezan a obsesionarse por este nuevo arte. Es en abril de 1971 cuando se crea el cine club de Cali, fundado
por Andrés Caicedo junto a sus amigos Ramiro Arbeláez, Hernando Guerrero, Carlos
Mayolo y Luis Ospina que no fue
el primero ni el único de la época. El fenómeno del cine influyó a todos en la
sociedad caleña.
Ir
a cine era la actividad de moda de todos sin importar la edad, y para algunas
familias era incluso sagrado. Por esta época
fueron fundados muchos teatros en Cali. Andrés Caicedo en sus cuentos
hacía referencia al cine, que para él era una pasión además de escribir y el
teatro.
Los
encargados de proyectar películas en las salas de cine o teatros de aquella
época jugaban un rol muy importante y eran increíblemente apasionados por este
séptimo arte.
“Anteriormente
cada que llegaba una nueva película no esperábamos (los trabajadores del cine o
teatro) para verla, la veíamos antes que todos, ya que teníamos que ver si la
cinta era de buena calidad para poder proyectarla. El trabajo para mí que soy
un amante del cine, era espectacular porque podía ver las películas cuando
quisiera, invitaba amigos para que presenciaran la magia que yo presenciaba
todos los días. Pero el trabajo a veces te ponía en apuros porque varias veces
pasaba que la cinta se trababa y me tocaba correr a arreglarla y en el fondo se
escuchaban abucheos y gritos de disgusto de demasiadas personas. A veces cuando
las películas eran muy largas, venían en dos cintas entonces entre teatros se
las prestaban y a un mensajero le tocaba transportarlas de un teatro al otro, y
si se presentaba un problema la cinta podía llegar unos minutos después,
algunas veces a la gente le tocaba esperar unos cuantos minutos para ver la
continuación. Algo que también era muy común era que ya cuando la película se
había proyectado varias veces se empezaban a ver rayones por el calor de la
máquina de proyección cosa que no pasaba cuando se estrenaba. Siempre me
gustaba estar en la sala de proyección pero una vez un día que estaba libre
decidí entrar a cine con unos amigos como espectador, en ese momento no estaba
trabajando y se rompió un bombillo en la parte de delante de la sala y fue
horrible, todo el mundo empezó a correr y gritar, me golpearon fue algo que me
dejó marcado porque siempre que veía las películas lo hacía desde la sala de proyección, muy pocas veces la veía
desde abajo y un día decido hacerlo y me pasa esto. Anteriormente el cine era muy diferente al de
ahora y no solo porque ya ha evolucionado la tecnología sino que la gente lo
adoraba” -Carlos Montufar
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Andrés
Caicedo
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Después
de tantos años este empleo no ha desaparecido a pesar de la evolución de
la tecnología el cine creció pero así
mismo los teatros donde proyectaban películas fueron despareciendo y
convirtiéndose en iglesias, o simplemente en teatros de barrio abandonas que
guardan en su interior todavía la magia que algún día hizo soñar a miles de
espectadores.
“Actualmente
el trabajo manual de los encargados de proyectar las películas ha desaparecido,
ahora todo es digital nuestro trabajo se basa principalmente en limpiar las
máquinas de proyección. Pero para esto también te tiene que gustar el cine porque
desde por la mañana tienes que preparar todo para que por la tarde la película
este bien y no hayan fallas cuando hay un estreno hay que revisar que todo esté
en orden, el sonido y la imagen. En los cines donde se utilizan dos bobinas, el
encargado las carga en dos proyectores. Cuando la primera bobina se ha
terminado, el proyeccionista comienza la segunda bobina, una tarea qué debe
realizar con cuidado, para que el público no se dé cuenta de la unión.”
Parece
ser el mismo trabajo pero en unas décadas cambió casi por completo, la
tecnología hace casi todo el trabajo y ahora no hay fallas como las anteriores.
El cine ha ido evolucionando. Pero no podemos dejar los años atrás cuando el
cine era una obsesión para todas las familias, y Andrés Caicedo como muchos
vivían impresionados por este asombroso arte, fue tanta la obsesión por el cine
del caleño Andrés Caicedo, que jugaba un rol importante en muchos de sus
cuentos. En los últimos años en Cali, esta fiebre por el cine disminuyó demasiado,
los teatros cerraron, y esta gran pasión empezó a cambiar. Ya no es el teatro
en cada barrio sino el centro comercial de cada zona. El cine se volvió algo
más común ya casi todos lo tenemos en casa, la TV, en cualquier momento a la
hora que sea. Ahora ya todos lo tienen en casa, en la comodidad de sus camas
pueden ver las películas, las pueden escoger y no limitarse al género de moda.
Aun así el cine sigue siendo algo asombroso, ir y sentarse en una sala y
esperar a que esa película empiece y luego termine y ver cómo las imágenes crean la ilusión de
movimiento que nos pone a soñar.
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