Por Daniel
Cujar
La rara historia de una batalla de galladas deportivas
por un espacio público, roces, drogas y mucho más. ¿Es justa esta batalla?
El skate un deporte extremo y callejero, el deportista
usa sus pies para hacer girar la patineta en el aire, hace maromas y trucos. Estos
deportistas no solo patinan, también pertenecen directa o indirectamente a la
gallada los skaters que a lo largo de los años en Cali han sido despreciados y
expulsados de los barrios de Cali porque, bueno, requiere de superficies
especiales resistentes a los golpes de las ruedas de las patinetas, un lugar
llamado skatepark, para eso fue construido hace poco en la unidad deportiva del
coliseo del pueblo… Antes de su construcción, no había un lugar adecuado para
practicar este deporte y los habitantes de Cali se quejaban de los estruendos y
molestos ruidos producidos por las patinetas… los skaters vienen hace rato
intentando que les hicieran este espacio especial para ellos y donde pudieran
expresarse, practicar y “madrear” libremente
también. Entonces cuando al fin es construido este espacio tan anhelado
por los skaters, llegan los bikers…
Un grupo de deportistas que siguen un poco las mismas
costumbres que los skaters. También se reúnen en gallada, pero a diferencia de
los skaters hacen trucos en bicicletas. La bicicleta tiene llantas y por lo
tanto no hacen mayor ruido ni dañan el piso… pues bien ellos llegaron al
skatepark nuevecito y empezaron a usarlo, claro, sin el aval de los skaters quienes
aunque ese fuera un espacio público se sentían dueños de él, con razón o sin
razón, se formó un conflicto.
Por su lado según nuestro testigo “Rompetabla” (miembro
de esta gallada) los skaters argumentan que los bikers ya tenían su lugar de práctica
y vinieron a invadir su espacio.
Por otro lado, los bikers argumentan que este espacio es
más cómodo para ellos porque no hay que arreglarlo, porque es de concreto y no
de tierra, se seca y rápido y no ensucia las llantas. Este “argumento” no
argumenta nada, válgame la redundancia, pero bueno, están argumentando por
comodidades y no por necesidad, ellos ya tenían su espacio y este les pareció
más cómodo y ese es su argumento.
Según lo que me cuenta mi compañero “el muelas”
(miembro veterano de los bikers), estas peleas son un salvajismo. Se dan a
pata, puño, palo, cuchillo y demás elementos que encuentren, rocas, tubos,… etc. Al entrar ahí
tipo 3 de la tarde, ya se empiezan a ver las caras de tensión y mala
vibra, se escuchan comentarios de
molestia en los dos grupos, es como si hubiera una frontera invisible entre los
dos grupos, es como cuando uno corta una hoja por la mitad, “por este lado los
skaters hacen su broma, y por el otro nosotros hacemos la nuestra” dice el
muelas “ ay donde un skater se nos atraviese!, a ese lo vamos es
levantando!”. Según lo que se puede
entender, el tropel se forma cuando hay roces físicos durante la práctica entre
los dos grupos, “no es que todos los días nos agarremos sino que siempre se
siente la espera de que alguno se ponga a joder para empezar a darnos”.
Lo paradójico es que estos dos grupos tienen cosas en
común… cuando se observan detenidamente,
no es que todos lo hagan, pero muchos son consumidores de droga,
generalmente marihuana (al entrar al skatepark se siente el pizco de la
marihuana) y lo más raro es que tanto bikers como skaters lo hacen en el mismo
lugar sentados hombro con hombro… El Muelas (biker) y Rompetabla (skater),
coincidieron en algo cuando les pregunté que por qué metían droga, “cuando fumo
lo hago porque así soy mejor” dijeron resumiendo un poco. Uno podría imaginarse
que bajo los efectos de la droga ellos sean más arriesgados y tengan un mejor
desempeño en su disciplina, seguramente, pero mi punto es que es ese el único
momento en el que se les ve a los dos grupos como amigos. Su deporte es una
disciplina que surgió en la calle y que pone su integridad física en riesgo
permanentemente, el escenario en el que lo practican es similar.
Este es un conflicto que en mi concepto no resuelve
nada. Así ellos peleen y se maten, ni skaters ni bikers podrán quedarse con el
espacio por la sencilla razón de que es público.
Para terminar, y sin remedio alguno, hay una realidad
y es que entre estos dos grupos hay una pelea por un espacio público, una pelea
que por argumentos ganan los skaters… pero
la vida es dura, y pues hermano si toca compartir el espacio, por más que no me
guste pues toca, y que más se hace? Claro el que va a allá no es porque lo
obliguen, el que va a allá es porque quiere practicar su deporte, y si no le
gusta compartir que no vaya. El Muelas me dice “es que nosotros los bikers no
estamos haciendo nada malo, ellos son muy egoístas, si no quieren vernos que se
abran, después de todo yo voy es a lo mío” yo no creo que este relato vaya a
cambiar sus pensamientos ni mucho menos, pero es que no tiene sentido una pelea
que al final no va a lograr más que sangre y heridas innecesarias, pelean por
un lugar cuyo propietario es la alcaldía de Cali. ¿Podría la alcaldía mediar en
este conflicto?
Algo sí es seguro……ese espacio se llama SKATEpark.
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